En busca de la felicidad... en Cristo
31 May 2022
Hay una famosa canción del “Puma” Rodríguez de la década de los 80`s que en su coro repetía “tengo derecho a ser feliz” A pesar de que el tiempo ha pasado, todos creemos en ese derecho y luchamos día a día por alcanzar la felicidad, pero ¿a qué costo?
En la carta a los filipenses, el apóstol Pablo animaba a los cristianos de ese lugar a estar alegres con estas palabras: “Alégrense siempre en el Señor. Insisto: ¡Alégrense!” Esta insistencia en la alegría me lleva a la conclusión de que el cristiano puede y debe estar alegre ¿Por qué? Porque el gozo es parte de la salvación y fruto del Espíritu Santo (Sal 51:12; Gál 5:22). En teoría, el cristiano debería ser la persona más feliz del planeta, pero ¿es esto una realidad en tu vida? ¿Eres feliz por medio de tu fe en Jesús?
Pablo señala que la clave para ser felices es “en el Señor”. En este mundo las personas dependen de las circunstancias positivas para alcanzar la felicidad, por ejemplo “si tengo casa propia seré feliz” o “si me caso seré feliz”, etc., esto es así porque se fomenta una felicidad basada en posesiones, en poder o fama. La felicidad que se alcanza de esta manera es temporal y depende exclusivamente de lo que uno pueda tener, y ¿qué pasa si no tengo casa o no alcanzo mis metas? En Jesucristo, las circunstancias no son la fuente de la alegría, sino que la fuente de mi alegría es mi relación con Jesús. Con esto no quito importancia a las cosas buenas que pueden pasarnos en la vida diaria (un ascenso, sanar de una enfermedad, etc.) que también traen alegría a la vida, pero el punto es ¿cómo ser feliz cuando no me ocurren cosas positivas en mi día a día?
En la carta a los Efesios, en el primer capítulo, Pablo da algunas razones para estar felices en Cristo, aunque estés pasando por una prueba: fuiste escogido inmerecidamente por Dios y Él hará su obra en ti (v.4); fuiste adoptado como hijo de Dios por medio de Cristo (v.5); fuiste aceptado por Dios en Cristo (v.6); fuiste perdonado de todos tus pecados en Cristo (v.7); Dios te ha dado el conocimiento de su voluntad en Cristo (v.8-9); tienes una herencia y bendiciones espirituales en Cristo (vv. 3, 11); fuiste sellado con el Espíritu Santo y éste mora en tu vida (v. 13-14).
Entonces ¿por qué no somos felices? La respuesta es sencilla: por el pecado. En el Salmo 51, David pide el gozo que había perdido a causa del pecado que había cometido. La desobediencia a la Palabra de Dios es la principal causa de la pérdida del gozo en la vida del cristiano. Nadie dudaría en decir que robar o matar es pecado, pero muchos cristianos no ven como pecado no leer la Biblia o no congregarse, y creen que están siendo obedientes cuando en realidad son desobedientes a Dios.
En la Biblia (citaré algunos ejemplos prácticos) el gozo se relaciona con predicar y vivir el Evangelio (Mat 5:1-12); la salvación (Luc 10:20); participar de la obra de la iglesia (Juan 4:36-38); el sufrir por Cristo (Hch 5:41); el reunirse con los hermanos en la fe (1ª Cor 16:17, 2ª Juan 4); congregarse (Sal 122:1), dar al necesitado (Hch 20:35). Después de revisar estos pasajes bíblicos, puedo concluir que la iglesia hoy no tiene gozo porque no tiene tiempo para obedecer el consejo del Señor.
Revisa tu agenda y aparta un tiempo para buscar tu felicidad en Cristo, la cual se alcanza haciendo todo aquello que Cristo nos dejó como tarea a realizar en el día a día. Dedica tiempo a las cosas del Señor y tu gozo crecerá.
Pr. Cristian Jara
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